Escuela, el segundo hogar


Nuestros hijos pasan un tercio de su tiempo, a veces más, en la escuela. Por eso es muy importante elegir una que nos guste, de otra forma nos puede generar muchos dolores de cabeza. Hay escuelas muy buenas, tanto públicas como privadas, que a pesar de los vaivenes de los programas políticos consiguen mantener un nivel de contenidos y de valores muy positivo para sus alumnos.
A la hora de elegir un colegio para nuestros hijos no debemos guiarnos sólo por la proximidad a nuestra casa o nuestro trabajo, está claro que es un punto favorable, pero no puede ser el punto decisivo. Es importante conocer las instalaciones, sobre todo el número de alumnos por aula, y también la metodología  pues, de esta última dependerá en gran parte nuestra tranquilidad como padres al dejar allí cada día a nuestros hijos.


Existen distintas fórmulas que pueden adaptarse a las necesidades de las familias aunque en España las leyes educativas son por lo general poco flexibles. Tenemos las escuelas tradicionales donde es el profesos el que dirige la evolución en el desarrollo de contenidos, pero también hay escuelas que siguen otros métodos como Waldorf o Montessori. Además están los centros que se rigen por métodos educativos extranjeros como el liceo alemán, italiano, francés, en estos colegios además de una visión educativa bastante diferente a la nuestra encontramos la ventaja de que el alumno aprenderá un idioma prácticamente a nivel nativo, algo nada desdeñable hoy en día.


Debemos exigir a la escuela y a los organismos políticos la máxima calidad no solo en la enseñanza de contenidos  sino también en el aprendizaje de herramientas para el desarrollo de la inteligencia emocional. Puede que esta idea sea controvertida, quizá mucha gente piense que el ámbito de las emociones debe permanecer en el área privado de los padres, pero la realidad es que existen familias en las que la gestión de las emociones es, por decirlo de una forma, deficitaria, y no estaría de más que la escuela, los profesores, mostraran otros caminos de desarrollo personal más positivos y eficientes. No se trata de que sea la escuela la que eduque ideológicamente, no se trata de un adoctrinamiento emocional que  diga a nuestros hijos que emoción es buena o cual es mala sino de completar el aprendizaje emocional que se debería llevar a cabo en las casas e incluso ofrecérselo a los niños en cuyos hogares se pase por alto este tipo de aprendizajes tan importantes tanto para el desarrollo personal como para la mejora de toda la comunidad en general a la que pronto el niño, ya convertido en adulto, deberá enfrentarse.

Puede resultar curiosa esta entrada en un blog de una familia que realiza su educación en casa pero reconozco que la educación en familia es difícil y no es una opción buena para todas las familias, pero debe respetarse como una opción más. Nosotros no hemos encontrado todavía la escuela que se adapte a nuestras necesidades y por eso hemos creado nuestra propia escuela en casa. La evolución de nuestra familia dirá si seguimos con esta fórmula o cambiamos a otra. La educación de nuestros hijos debería ser más flexible pues las necesidades de una familia pueden cambiar con el tiempo. El gobierno debería facilitar la integración y no perseguir a las familias que buscan otras opciones para sus hijos, ya sea en escuelas libres (no todas de ellas homologadas, por lo que sólo pueden enseñar "oficialmente" hasta los 6 años) o como homescholling.



Os recomiendo el libro Aprender a Educar de la fabulosa Naomi Aldort


1 comentario:

  1. Al elegir la escuela para mi hija intenté tener en cuenta el proyecto educativo del centro, la metodología....es un centro educativo de nueva creación basado en las inteligencias múltiples, hasta el horario está diseñado según estas inteligencias....y el resultado es que a día de hoy creo que me he equivocado en la elección. Todo se queda en palabras escritas que no se llevan a la práctica. No siempre saben atender a las necesidades emocionales de mi hija, que llora y no quiere ir al colegio, porque no sabe hacer los trabajos que la mandan, porque la profe....
    Con esto quiero comportar con vosotros que nuestros hijos/as son el mejor indicador para saber si un cole es el adecuado o no, debemos escucharles a ellos más que a las metodologías que dice el cole que aplica.

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